Yarrow (Milenrama Blanca)

Yarrow (Milenrama Blanca)

                                      Yarrow (Milenrama Blanca)

La esencia floral de Yarrow trabaja sobre la limpieza y la protección del campo etérico. Refuerza el aura de las personas de manera que las influencias de fuera no puedan ganar terreno en el fondo de su ánimo. Protege de todo aquello que nos asalta desde el exterior y nos apesadumbra, haciéndonos sentir vulnerables, influenciables, sensibles y afectados por el ambiente, pensamiento, acción o intenciones de quienes nos rodean. Es un escudo psíquico, físico y del alma para no sucumbir con facilidad ni absorber demasiado intoxicándonos con las influencias negativas del entorno, aunque permite integrar estas influencias sin desequilibrarnos ni aislarnos de lo que sucede a nuestro alrededor por querer negarlo.

Cuando somos hipersensibles a los estados de ánimo y a las vibraciones que hay a nuestro alrededor corremos el peligro de volvernos vulnerables, descentrándonos con facilidad y perdiendo nuestra calma interior. Nos volvemos espejos que captamos energéticamente las sensaciones y emociones del ambiente haciendo que nos sintamos incómodos y malhumorados, que nos agotemos con facilidad, que estemos irritables y padezcamos insomnio ya que absorbemos en exceso las influencias negativas y la toxicidad psíquica.

Al tomar la esencia floral de Yarrow restauraremos el campo etérico dañado, esto nos ayudará a formar un escudo protector a nuestro alrededor.

Por mucho que queramos las situaciones externas no van a desaparecer, pero nosotros vamos a ser capaces de observar desde la distancia y el discernimiento sin vernos atrapados en la vorágines de los sucesos externos que podrían desequilibrarnos. Su vibración fortalecerá la luz del aura, que por las circunstancias, se ha vuelto demasiado porosa, evitando así la fusión desmedida con el entorno, ayudándonos a ser más vitales y sólidos. 

Yarrow es aconsejable para niños que pueden estar desprotegidos de su entorno o en ambientes donde hay mucha tensión o disputas, y que a veces reaccionan a las influencias externas adversas con síntomas físicos, llanto, hiperactividad o falta de concentración. También es de ayuda en personas que pasan por períodos de mucha sensibilidad o debilidad (embarazo, crisis, rupturas matrimoniales, separaciones...)

La vibración de Yarrow es esencial para todas aquellas personas que tienen una gran capacidad para percibir, curar o enseñar y que por ello son permeables a recibir información, intuir o empatizar con el dolor y el sufrimiento ajeno. 

Ideal para terapeutas que trabajan con pacientes muy graves, enfermos mentales, discapacitados, depresivos, terminales... les permite ser sensibles sin absorber. 

También es aconsejable en personas que debido a su trabajo diario están expuestas a radiaciones o contaminación de cualquier tipo, así como a las que pasan muchas horas frente a ordenadores o aparatos de televisión. 

A nivel físico es de suma ayuda en problemas alérgicos (nos sentimos desprotegidos y generamos intolerancias con el entorno), Problemas digestivos (nos cuesta digerir las circunstancias que nos rodean) Problemas respiratorios (sentimos que las situaciones externas nos ahogan) Problemas relacionados con el corazón (estamos tan descorazonados por lo que sucede a nuestro alrededor que nos falta la alegría de vivir). 

La Naturaleza puso la vibración de Yarrow en nuestros campos para ayudarnos a fortalecer el aura cuando los problemas del mundo y de la humanidad se hacen tan acuciantes a nuestro alrededor que no nos dejan ver las circunstancias que nos ha tocado vivir como un bello aprendizaje evolutivo. Esta flor, en apariencia insignificante, nos ayuda a restaurar la luz del aura que sin darnos cuenta hemos ido difuminando al sentirnos atrapados en las redes de la negatividad de los tiempos que nos ha tocado vivir.

Yarrow limpia, da pureza y restituye la fortaleza del aura, al mismo tiempo que pone de manifiesto en nosotros mismos la conciencia compasiva, la sensibilidad y la fuerza sanadora de nuestro interior capacitándonos para dar un giro a nuestra propia vida, y por ende, al de la humanidad entera.