viernes, 17 de octubre de 2014

Filosofía de Edward Bach


La gran diferencia entre la medicina del Dr. Bach y el resto de
medicinas estriba en su filosofía, la cual juega un papel importantísimo. La
terapia floral pierde toda su autenticidad si se le suprime dicha filosofía. En ella,
la espiritualidad juega un importante papel en la curación de la enfermedad. Es
esa gran visión de lo espiritual lo que convierte a la terapia floral de Bach en
una medicina absolutamente holística y natural, pues abarca todos los
aspectos del ser humano de una manera absolutamente simple y de acuerdo a
las leyes de la naturaleza, sin artificios, manipulaciones ni agresiones de
ningún tipo, respetando absolutamente toda ley y todo proceso natural.
Para ilustrar un poco la filosofía de Bach, resumiré la conferencia que
dio el año 1931 en Southport ante un auditorio de médicos homeópatas.
Empezó Bach diciendo que si nuestros aspectos mental y espiritual se
encuentran en armonía, la enfermedad no existe.
Diferenció entre los remedios que resisten el mal (medicinas que
mitigan y apagan los síntomas de una enfermedad) y aquellos que buscan el
bien (los que buscan la curación, o desaparición de las causas primeras que
producen la enfermedad). De este modo, no es la enfermedad lo que hay que
combatir, sino la causa que la produce. Se debe buscar esa causa y eliminarla.
Una vez eliminada, los síntomas o enfermedad (efectos) acaban
desapareciendo por la ausencia de causante. Explicó Bach: "…el odio puede
ser vencido por un odio mayor, pero sólo podrá ser curado por el amor…".
Según dijo Bach, la terapia floral es la continuación de las valiosas
investigaciones de Hahnemann, es decir, la homeopatía. En cuanto al origen
de la enfermedad, dijo:

"Las enfermedades orgánicas, tales como nosotros las conocemos, son
un resultado y un producto final; son la última etapa de algo mucho más
profundo. La enfermedad se origina por encima del nivel físico, más cerca
del plano mental, y es enteramente el resultado de un conflicto entre nuestro
Yo espiritual y nuestro Yo mortal. En la medida en que éstos se encuentren en
armonía, gozamos de perfecta salud, pero tan pronto como entran en discordia,
surge lo que conocemos por enfermedad.
La enfermedad es pura y exclusivamente correctiva; no es vengativa ni
cruel, sino el medio adoptado por nuestras propias Almas para señalarnos
nuestras fallas; para evitar que cometamos más errores; para encauzarnos de
vuelta por el sendero de la Verdad y la Luz, del que nunca deberíamos
habernos apartado.

La enfermedad es, en realidad para nuestro propio bien, y es
beneficiosa, aunque podamos evitarla si tenemos una buena comprensión de
ella, combinada con el deseo de hacer el bien."
Haciendo caso de estos síntomas, o indicaciones del Alma, es decir,
armonizándonos con nuestra Alma, la salud se restaura por completo. Por lo
tanto, toda enfermedad es debida a algún error psicológico que nuestra
parte espiritual quiere que enmendemos.
Después de esto, Bach dio una explicación de lo que debería ser un
hospital ideal: "…un santuario de paz, esperanza y alegría. Sin apuros; sin
ruidos; completamente desprovisto de todos esos aterradores instrumentos y
aparatos actuales; libre de olor de antisépticos y anestésicos; libre de todo
aquello que sugiera enfermedad y sufrimiento".

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